No se cómo empezar este post. Si hacer un mea culpa y decir: En efecto con mi primer hijo yo fui esa madre pesada que estaba preocupada de que a los seis meses su hijo no se sentaba, a los ocho no gateaba al año no caminaba y a los dos todavía no hablaba frases. No compares a tu hijo por favor! es el grito o petición que te hago. No te hagas un sufrimiendo innecesario como yo me lo hice como madre primeriza. No seas como yo. Se más inteligente que mamá investigadora!

Buscar tres pies al gato

Mi hijo no tenía ningún problema de desarrollo. Simplemente tenía un ritmo diferente al resto. Meses después hizo todas las cosas que menciono arriba. Quizás más tarde que el resto pero las hizo. Luego hablaba demasiado bien. Luego hacía cosas que otros niños no hacían antes de tiempo . Se destacaba en otras habilidades. Y no sé si empezar disculpándome con mi hijo por haberlo comparado o hacer una invitación a otros padres para no comparar a los suyos y pedirles que disfruten el tiempo que se pasa rapidísimo.

Leyendo para saber

Como estoy cada día reconociendo mi «fracaso» en la maternidad se me ha dado por leer buenos libros que me sirven como «auto ayuda».

Estoy en mi corto y pesado tiempo leyendo :

«El cerebro del niño explicado a los padres»de Alvaro Bilbao y «No hay niño malo», que es un libro mexicano.

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En el libro de Bilbao leía la siguiente cita que me ayudó: «Como muchos padres primerizos me encontraba desbordado por mis nuevas responsabilidades… pero como me dijo un carnicero: «Con los hijos, el tiempo pasa, y solo pasa una vez. Lo que dejes de hacer ahora no volverá. Lo perderás para siempre… y entonces desperté.».»

Con mi segunda hija me he podido dar el gusto y la sorpresa de notar de cuánto pueden diferenciarse dos personas . No sólo físicamente sino en su desarrollo de carácter, desarrollo físico y desarrollo emocional. Estoy sanando el hecho de ser hija única.

Vienen de una misma madre, un mismo padre, misma casa pero son personas únicas totalmente distintas desde el embarazo. Lo único parecido que tienen es quizás algunos rasgos y el apellido.

Y como hicimos para…

El otro día una madre desesperada me preguntaba en la espera de control del pediatra de mi nena, cómo había hecho para que mi niña comiera absolutamente de todo o durmiera de corrido toda la noche. Porque mi niña lo hace. No había abierto el pico como dicen vulgarmente aún, y ya por ahí una que escuchaba la conversación venía a intervenir diciendo: «Bueno yo tuve suerte, los míos simplemente lo hacen» y otra rápidamente venía corriendo con la fórmula mágica: «desde el embarazo yo como de todo, y además le daba leche materna cada tres horas y dormían de un tirón y hacía esto y tomaba lo otro y…..

En eso las miré a ambas madre y abuelita porque la pregunta me la habían hecho a mi pero todas habían intervenido menos yo y empecé:

«Mi primer hijo simplemente nunca podía dormir temprano hasta que cumplió dos años. Tenía que dormirlo cargándolo y meciéndolo y cantándole canciones. Sino se iba de largo hasta las dos am.

Y no había otra manera. Dejarlo llorar lo pondría más nervioso. Hacerle rutinas con manzanilla, lavanda, melissa, chamomile no hicieron efecto… nada ! Simplemente nada funcionaba. Tampoco comía todo lo que le daba. Era un niño picky como dicen los gringos. Come lo que le gusta y eso…. con suerte. Hoy con cuatro años aún no me acepta algunas cosillas pero mejora cada día. Es verdad. Hay semanas que quería sólo carne otros sólo verduras. Es el ejemplo clarísimo de la autoregulación. Justo pedía carne y proteína cuando formaba músculos. Pedía más carbohidratos cuando requería más energía para correr porque ya corría. Coincidía, si. Pero no dejaba de frustrarme que no comiera. Hoy tiene cuatro. Creció normal. No murió de hambre. A los tres agarró ritmo de sueño normal. Se acuesta a las 8.30 pm se levanta a las 7 am. Simplemente … SE DEMORÓ pero cogió un ritmo.

Mi segunda hija en cambio duerme de tirón desde la semana de nacida. Punto. No lo considero suerte. Con ella tuve otros temas que manejar que el primero no me trajo. Pero si, come con gusto y placer todo lo que le da la gana y experimenta con todo sin miedo. Quiero acotar que su embarazo fue más dificil. Vomité todo absolutamente TODO. No es que haya comido mejor con ella embarazada como cuenta la leyenda. Es más con mi niño comía más. Pero con ella no pude ni comer. Vomité y vomité y sin embargo engordé más jaja. Otros dirían que estuve menos estresada con la segunda y por eso duerme más, pero ni siquiera, porque si bien no tuve el estres A tuve el estres B. Así que mi mejor consejo es que no compares a tu hijo.»

De buenas intenciones está lleno el infierno….

Y también a ti lector. A veces nuestra necesidad de comparar surge de buenas intenciones. De miedos. De que nuestros hijos tengan «algún problema». De estos Kinder nidos o colegios , abuelitos u otros padres con comentarios bien intencionados que nos dicen «Pero mamita, todos los niños ya agarran lapicero y pintan dentro de la línea y el suyo solo quiere pintar garabatos. O no sabe escribir su nombre! Sólo quiere jugar. Quizás mi niño sea más dramático de carácter. Más sensible.Lo hace esto un problema?. Parece que para la sociedad si.

Con todo respeto pero me molesta esta moda de querer a todo ofrecerme hacerle terapia.

Algo que aprendí de esperar tiempos fue cuando esta psicóloga, se acercó de la nada. Relación no tenía conmigo. Se acercó a decirme que mi hijo necesitaba terapia del habla cuando a los 3 años mi hijo aún no hablaba. Y me hacía notar que quizás pueda ser autismo. Ya decía algunas palabras pero aún hablar hablar de corrido no podía . No se dio el suficiente tiempo para interactuar con él. Sólo se acercó a ofrecer «sus servicios». Y esto es lo que me molestó: Lo miró 20 minutos y ya daba su pronóstico. Ya buscó su negocio. Y no, no era autismo!. Ya lo había revisado el pediatra y si bien era un niño inquieto y juguetón no presentaba síntomas de autismo. Quizás si de sobre engreimiento. Yo me estresé y no disfruté para nada esa etapa.

A los dos meses sin ayuda de absolutamente nadie mi hijo empezó a hablar y a hablar demasiado. DEMASIADO. Al día de hoy al pobre ahora le piden que se calle porque habla mucho!. Quién entiende a esta sociedad? No que querían que hable? Ahora lo molestan de que habla como adulto con léxico avanzado para su edad explicando y contando historias detalladas. En el colegio le tenían terror las profesoras porque delataba todo lo que veía jajajaja. Ya pues. No querías que hable? jaja.

Fin

En fin . No me alargo más. Solo te pido que antes que le compartamos a nuestros hijos nuestra ansiedad y nuestra competitividad porque el hijo de menganito ya corre y se para de cabeza y el mío aún quiere ir en brazos, procuremos que si el pediatra no detecta nada anormal en su desarrollo, dejar que el niño tenga la total libertad de desarrollarse a su tiempo siempre. Si tu adulto necesitas competir compite con tus propias habilidades, porque los niños merecen hacer todo a su tiempo. Lección aprendida de mamá.

Un abrazo.

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